Ponencia sobre mujeres de ASCAMCAT ante la Sub Comisión de Género de la Mesa de Diálogos entre el Gobierno Santos y las FARC-EP




Ponencia:  Olga Lucia Quintero Sierra (Ascamcat).


PROPUESTAS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ CON JUSTICIA SOCIAL Y DE GENERO, DESDE LAS MUJERES DEL CATATUMBO Y LAS ZONAS DE RESERVAS CAMPESINAS DE COLOMBIA

Olga Lucía Quintero Sierra, dirigente de ASCAMCAT

La Asociación Campesina del Catatumbo- ASCAMCAT saluda especialmente a la sub comisión de género que se está adelantando en el marco  de este importante y necesario diálogo de paz entre el Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC-EP.  La apertura de esta subcomisión  está garantizando la participación activa de las mujeres en su diversidad, y se espera que las experiencias y propuestas  de las mujeres sean  recogidas en el escenario de negociación, de cara a una  construcción de paz con justicia social que garantice los derechos de las mujeres en Colombia.

Desde el Catatumbo en las entrañas de la bella cordillera oriental hasta el majestuoso lago de Maracaibo, esa tierra de truenos y relámpagos que esta vestida de lindos ríos, montañas y sobre todo rodeado de hermanos y hermanas campesinos y campesinas, que durante décadas hemos luchado para permanecer en nuestro territorio, pero sobre todo, para que nos reconozcan y nos respeten como somos CAMPESINOS Y CAMPESINAS que deseamos que, un día no muy lejano, la paz con justicia social en nuestro campo sea una realidad, realidad para los hombres, mujeres, niñ@s, que nos veamos como hermanos, como colombianos y que ese amor de patria sea estrechadas por campesinos, urbanos, indígenas, negros, estudiantes hombres y mujeres que desean un cambio de verdad donde todos quepamos.

La Asociación campesina del Catatumbo - ASCAMCAT- es una organización campesina defensora de los derechos humanos, de los derechos campesinos, de la defensa de la vida, la dignidad, la tenencia de la tierra, la permanencia en el territorio y la búsqueda permanente de la paz con justicia social para el territorio y el país. Nuestra organización campesina está consolidada por el trabajo diario e incansable de hombres y mujeres quienes están dispuestos a defender la tierra y el territorio del despojo y el desplazamiento por el modelo económico que lo único que le ha importado son los recursos naturales hechos mercancía  que la vida y la dignidad de un pueblo.  Es por esto que las comunidades campesinas del Catatumbo recogidas en ASCAMCAT, hemos declarado de hecho, la Zona de Reserva Campesina del Catatumbo  como un escenario de paz y garantía de derechos para los campesinos y campesinas, asi el gobierno no nos la quiera reconocer.

Problemáticas Estructurales Que Afectan A Las Mujeres Campesinas  Del Catatumbo

1.      El desconocimiento e invisibilización de  las mujeres campesinas como sujetas políticas y  de derechos:

Consideramos que es un problema estructural la invisibilización  de las mujeres  campesinas y la falta de respuesta efectiva  por parte del Estado  para la garantía  de sus  derechos. No se expresa una voluntad política para reconocer a los campesinos y campesinas como población sujeto de derechos, generado un  desconocimiento desde la misma Constitución Politica Nacional, desde los planes de desarrollo nacionales donde nos nombran como “trabajadores del campo” y en el peor de los casos como “pequeños empresarios y empresarias del campo”.  No contamos con cifras claras  que den muestra de la situación real y de las brechas de inequidad y violencias  que viven las mujeres campesinas en los contextos  de ZRC, porque tampoco aparecemos como población en el Censo Nacional.  Es por eso que hemos tomado la decisión Catatumbo de no dejarnos censar en el censo Agrario Nacional porque aquí tampoco se reconoce, ni existe la categoría poblacional de campesinos ni campesinas.

Los campesinas y campesinas hemos subsistido en la exclusión social y ha habido  un total desconocimiento de los derechos económicos, sociales y culturales, fundamentales para la vida digna de mujeres y hombres en el campo. En consecuencia, las mujeres  campesinas han cargado con una triple discriminación,  el informe de PNUD (2011) hace referencia a las discriminaciones por pertenecer al mundo rural, por el acento de las estructuras patriarcales en la sociedad rural asignando a las mujeres un rol limitado; y por su vulnerabilidad, al estar expuestas a diversas manifestaciones de violencias en el ámbito de la familia y sobre todo por consecuencia del conflicto social y armado[1].

Este  desconocimiento,   ha conllevado  a  su vez,  a que a las mujeres campesinas no se les reconozca como sujetas de derechos económicos, sociales y culturales.  La situación de salud y educación de las mujeres en el campo es precaria e inexistente, no hay condiciones de vida digna para su desarrollo y bienestar. Por ejemplo, en los 10 municipios que conforman la región del Catatumbo con más de

200 mil habitantes, no existe un solo hospital de primer nivel que atienda las necesidades de la población  campesina, mucho menos la situación específica de las mujeres y niñas. En general hay un atraso para las condiciones de vida digna y el desarrollo  para las comunidades campesinas. Las pocas cifras que existen actualmente sobre la situación campesina no dan cuenta de la realidad específica de las mujeres, ni de la población en general, lo que no ha permitido dimensionar la gravedad del asunto. 

2.      Violencias contra las mujeres a causa del conflicto armado. 

 Las mujeres campesinas han sido las principales víctimas del conflicto armado en Colombia, sin desconocer que los hombres han muerto, las mujeres son las que han quedado, huérfanas, viudas, desplazadas, madres cabeza de hogar en medio de la pobreza, la exclusión, la represión   y la violencia sexual. En contextos de conflicto como el Catatumbo,  el Estado ha desarrollado una política contrainsurgente  que se ha expresado en la militarización del territorio poniendo en riesgo la vida y cuerpos de las mujeres. La militarización se ha constituido en una amenaza  en contra  de la integridad, la autonomía y la libertad de las mujeres campesinas; constituyéndose en un mecanismo de control social y dominación que  reversa derechos ganados por la mujeres en sus territorios. Esta política ha dado como resultado la violación sistemática de los derechos humanos, el aumento de las violencias en contra de las mujeres y ha costado la vida de cientos de mujeres y niñas  en el Catatumbo.

El Catatumbo ha sido también territorio del despliegue de una estrategia paramilitar  que utilizó la violencia sexual  contra mujeres  y niñas  como parte de una ataque predeterminado de carácter sistemático en contra de las mujeres. El uso de la violencia sexual, se constituyó en un arma de guerra y fue utilizado con unos fines específicos: control social, desplazamiento forzado, control territorial, y un ejercicio perverso de dominación, tortura y violencia en contra de las mujeres. 

El desarrollo de esta estrategia también dio como resultado múltiples feminicidios de mujeres campesinas, entendidos con el último eslabón de la violencia en contra de las mujeres. No hay reportes oficiales  de estos delitos los cuales gozan de impunidad total.

La organización ha recogido varios testimonios que dan cuenta de esta realidad y ha sido documentada por organizaciones de  mujeres defensoras de derechos humanos. Sin embrago, no hay registro oficial que le garantice verdad, justicia y reparación integral para las  mujeres. Se denuncian casos de 5 y 8 años sin ninguna respuesta efectiva.


Las violaciones de derechos humanos  y la represión por parte de la fuerza pública han sido estrategias del Estado en una sistemática violación de derechos humanos, expresándose en  fuerte militarización de la sociedad dándole mayor importancia al  tema de la guerra  y desatendiendo el deber social  en los territorios y especialmente la atención social con las mujeres campesinas.

3.      Ausencia de garantías para la participación politica de las mujeres de base campesina:   

La participación política por parte de las mujeres campesinas  orientada a la exigibilidad de los derechos,  a la reclamación y el acceso a la tierra,  y a la movilización de una agenda que propende por transformaciones estructurales y sociales,  ha conllevado a vivir en riesgos, es así como las mujeres  campesinas hemos enfrentado hostigamientos, persecuciones, amenazas, así como procesos de montajes judiciales. Este es uno de los  principales obstáculos para el ejercicio pleno del derecho a la participación y les ha implicado una mayor exigencia a las mujeres campesinas el posicionar y legitimar   sus necesidades, problemáticas, intereses, así como sus agendas de construcción de paz.

Por ello, expresamos con preocupación,  que no hay garantías  para el ejercicio de la oposición política de las mujeres  campesinas. Ejemplo, las mujeres lideresas de las ZRC que han sido perseguidas en diferentes partes del país.

4.      Negación  del  derecho a la tierra:

A las mujeres campesinas se nos ha negado el derecho al acceso y propiedad de la tierra.  Hay una deuda histórica con nosotras para garantizar este derecho, por ello, las Zonas de Reserva Campesina representan hoy experiencias de lucha y resistencia para la pervivencia del campesinado, escenarios de construcción de paz y en una acción afirmativa para garantizar dicho acceso.  Para nosotras las mujeres, las ZRC significan un medio de dignificación y de garantía de nuestros derechos como campesinas.

En este sentido, es de destacar la preocupación del incumplimiento por parte del Estado de la implementación de la figura de ZRC.

Teniendo en cuenta las problemáticas que tenemos que vivir diariamente las mujeres campesinas en nuestros territorios, el hecho de vivir en carne propia el abandono social por parte del estado Colombiano, la falta de garantías para la permanencia en nuestros

territorios, la falta de oportunidades para las mujeres poder superarnos día a día, la falta del reconocimiento como mujeres y hombres campesinos, nos ha hecho organizarnos y hacer en torno a esas necesidades las siguientes propuestas que han sido construidas en el mandato popular del 5 y 6 de diciembre de 2014, en el municipio del Tarra (Norte de Santander) y el trabajo arduo de todas las mujeres de las Zonas de Reserva Campesina del país, quienes   esperamos, sean tomadas en cuenta en esta valiosa,  pertinente e histórica  sub comisión de género.

1.    El reconocimiento del enfoque diferencial con perspectiva de género, al acceso, uso,  goce del territorio y la tierra para las mujeres campesinas. Que se identifiquen mecanismos de protección y garantía para el acceso a la titularidad de la tierra por parte de las mujeres campesinas y rurales en las ZRC, para la garantía del derecho a la vivienda, la alimentación, la salud y educación.
2.      El reconocimiento, implementación y garantías para el ejercicio de los derechos políticos, sociales y económicos entre hombres y mujeres, desde una perspectiva de género, asegurando una equitativa participación política en las instancias de decisión en los asuntos que afectan sus vidas.

3.      Que se generen garantías reales de no repetición en la violencia política, social y sexual hacia las mujeres y niñas, que históricamente nos han convertido en instrumento de guerra. Igualmente que se implementen leyes,  estrategias y prácticas efectivas, que contrarresten toda clase de violencia contra la mujer, incorporando un enfoque dirigido en particular a la situación especifica de las mujeres campesinas.

4.    Se debe promover, gestionar y desarrollar proyectos productivos para la independencia económica de las mujeres, apoyando de esta manera la economía campesina y la generación de ingresos en función de una economía sostenible para la mujer campesina. 
5.    Implementación de una política nacional que asegure la soberanía alimentaria con la adopción y preservación de semillas nativas en el marco de la agroecología para garantizar la recuperación y defensa de la soberanía alimentaria campesina y las prácticas tradicionales de los usos de la tierra. Que se deroguen  todas las leyes que van en contravía de la liberación de las semillas nativas y de la economía agrícola campesina.
6.      La implementación de una política nacional para intervención  psicosocial  en el marco de la reparación integral para mujeres y  familias que han sido  víctimas del conflicto político, social y armado.
7.      Reconocimiento de las mujeres campesinas como sujetas de derechos y actoras políticas y sociales, diseñando e  implementación mecanismos efectivos para garantizar la inclusión política de las mujeres campesinas y la representación en la toma de decisiones, en correspondencia con la normatividad vigente y las situaciones y condiciones particulares de estas en las ZRC.

8.      Garantizar el ejercicio pleno de los derechos sexuales y reproductivos para avanzar en la toma de decisiones autónoma sobre su sexualidad. Brindar las herramientas, mecanismos y acceso necesario en las mejores condiciones sanitarias para la garantía de sus derechos sexuales y reproductivos.

9.      Diseño e implementación de estrategias que armonicen la vida familiar, social, comunitaria y política, involucrando activamente a todos y todas los miembros que componen el sistema familiar, así como divulgación de la Ley 1413 de 2010, que tiene por objeto medir la contribución de la mujer al desarrollo rural, económico y social del país, y posicionamiento de esta como herramienta fundamental para la definición e implementación de políticas públicas en las ZRC.
10.  Generar garantías para que los liderazgos de las mujeres campesinas y rurales desempeñen  en cargos consultivos y decisorios en la vida política, acordes con sus necesidades, intereses, demandas y realidades en las ZRC
11.  Reconocimiento del derecho de las mujeres campesinas a ser consultadas previamente y de manera informada frente a la implementación de megaproyectos u otras intervenciones que afecten sus vidas, el territorio en lo social, cultural y ambiental.
12.  Se propone la creación de una comisión de la verdad que recupere la memoria histórica de la participación las mujeres campesinas en todos sus tiempos y sobre los hechos de violencia social y política de las que han sido víctimas y se establezcan las causas y  los responsables.

13.Generación de condiciones para garantizar el derecho a la Accequibilidad,

Adaptabilidad, accesibilidad y gratuidad de la educación, en todos los niveles, para las mujeres campesinas y rurales, teniendo en cuenta sus necesidades,  sus saberes y sabidurías  dentro de los  planes de Desarrollo de las ZRC.     Garantizar la profesionalización de las mujeres campesinas, en correspondencia con los contextos y necesidades territoriales, que potencien la autonomía y la sustentabilidad de las ZRC.

14.Defensa y recuperación de las prácticas culturales campesinas como identidad y arraigo nuestra tierra y territorio, que se reconozcan  las costumbres tradicionales campesinas, fortaleciendo los conocimientos y saberes culturales de las mujeres campesinas.
15.Creación de una política nacional integral en torno a generar una cultura de paz y respeto para erradicar la violencia en el ámbito de la familia.
16.  Garantías de participación activa de las mujeres campesinas en la implementación de los acuerdos de paz a nivel territorial.
17.En la refrendación de los acuerdos de la Habana se realice una gran asamblea nacional constituyente que reconozca a los campesinos y en especial a las mujeres campesinas como sujetas de derechos.
18.Las mujeres de las Zonas de Reserva Campesina le hacemos un llamado especial a la mesa de dialogo de la Habana (Gobierno Colombiano  y Farc-Ep) de no levantarse de la mesa hasta no encontrar una salida política al conflicto social y armado del país.  Además de la gran necesidad de un cese bilateral al fuego de manera inmediata y manifestamos que cuentan con las mujeres campesinas para la construcción y la sostenibilidad de la paz con justicia social  en nuestros territorios.

POR LA PAZ CON JUSTICIA SOCIAL DEFENDEMOS LA VIDA, LA DIGNIDAD, LA TENENCIA DE LA TIERRA Y LA PERMANENCIA EN EL TERRITORIO
QUE VIVAN LAS MUJERES CAMPESINAS DE LAS ZRC
QUE VIVAN LAS MUJERES DEL CATATUMBO

La Habana, 6 de Marzo de 2015.




[1] PNUD. Colombia Rural: Razones para la Esperanza. INDH 2011. 

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